lunes, 3 de abril de 2017

El diente roto, de Pedro Emilio Coll







No es quizás «El diente roto» el mejor cuento de Pedro Emilio Coll. Hay en otros de sus relatos mayor seriedad en la base conceptual de la narración, más alta intención de arte, más rigor en la forma. «El diente roto» puede parecer demasiado sintético, despojado en exceso de literatura narrativa, ajeno a la profundidad que el tema hubiera podido dar de sí. A pesar de ello, hay muchas razones para haber escogido este cuento y no otro. «El diente roto» es el más nombrado y el menos conocido de los trabajos de Coll; se le cita en periódicos y revistas, se pretende hacerlo plagio de una obra de Eça de Queiroz, se habla abundantemente de él y, sin embargo, pocas veces se cita «El diente roto» con completo conocimiento. Para nosotros, esta pequeña obra de Pedro Emilio Coll es, al mismo tiempo, un cuento excelente y una magnífica caricatura de un personaje harto común en la vida política de cualquier país. Bien encerrado en sus cortas páginas, el misterio del diente roto ilumina de sonriente escepticismo la relación que hay entre los negocios importantes del mundo —la gloria, el poder, la riqueza— y algunas de sus pequeñas causas inocentes. Muy ajustada a la grata ironía de Coll la historia de ese diente, que en el filo de su incómoda quebradura asienta el motivo primero de la solemne apariencia de un gran personaje, solemne e importante.

Guillermo Meneses, en su Antología del cuento venezolano.


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